TIPS

01 de Noviembre de 2018
¿Cómo nos quitamos el miedo a emprender?
Creo que el primer miedo es obvio, en general todos los emprendedores vivimos con el miedo a fracasar.
Aunque sea totalmente válido, aunque sepamos que no todos lo vamos a lograr a la primera, ese miedo no se va. Nunca. Ese miedo es el que nos hace levantarnos todos los días a trabajar aunque sepamos que las utilidades van a llegar mucho después, aunque existan partes del proceso de emprender que odiemos pero que sabemos que son necesarias. Ese miedo es el que nos obliga a buscar ayuda, alternativas de financiamiento, alianzas. Y nos tragamos el orgullo y nos quedamos sin dormir aprendiendo cosas nuevas, peloteando ideas.
Otro de los miedos (aunque ese va y viene) es el “qué dirán” porque uno se avienta a poner su propia empresa basado en los ejemplos de otros, en las historias de éxito, en su “sueño” de hacer algo propio y cambiar el estilo de vida. Y luego vienen los comentarios que, aunque casi siempre vienen desde una postura de preocupación porque nos quieren, de alguna manera nos desaniman. Que si ya empezamos a ganar dinero, que si hicimos mal en invertir todos los ahorros, que si no trabajamos demasiado y tal vez sería mejor buscarse un trabajo más estable.
Lo entendemos, les preocupa, pero a veces esa preocupación solo nos añade estrés al que ya tenemos por default como emprendedores. Y nuestro miedo al fracaso se hace cada vez más grande, y perdemos la perspectiva de nuestros pequeños logros simplemente porque todavía no entramos en la lista de “los más influyentes”.
Finalmente, está ese miedo al arrepentirse en el futuro (en realidad todavía no sé cómo llamarle) que es el que tiene que ver con ese imaginario “momento ideal” para emprender. ¿Es buen momento ahora? ¿Después? Entre mis modelos a seguir, además de mis familiares, está el ejemplo de Rodrigo Aguilar, co-fundador de Gazen que me dijo que ese miedo a veces tiene que ver con la presión y los estándares sociales “a mi edad, la mayoría de personas de mi generación ya cuentan con un trabajo fijo, estabilidad y sueldos decentes que les permite una mejor calidad de vida” y sin embargo, él tomó el riesgo y -creo yo- no le fue tan mal.
¿Es tal vez otro constante el miedo a perder la estabilidad? Pero si esa nadie la tiene segura. ¿Cómo superamos estos miedos? El primer paso es ser honestos con nosotros mismos y aprender a identificar los miedos. Luego, trabajar a pesar de ellos poco a poco. Entender que el mejor momento para emprender no existe y que siempre habrá muchos riesgos y personas preocupadas por seguirnos la pista, por ayudarnos a salir adelante o por intentar convencernos de cambiar de idea.
Los miedos siempre van a estar ahí, lo intentes o no lo intentes así que lo que cuenta aquí es hacerlo a pesar del miedo y repetirse a uno mismo “al menos lo intenté” antes de reprocharnos #PeroQueríasSerEmprendedor.